Durante las olimpiadas de Pekín 2008, la comida china que ofrecían en la villa olímpica no pareció sentar muy bien a Usain Bolt, sin duda el favorito a ganar las pruebas de velocidad en atletismo. En un intento de darle a su cuerpo comida occidental, a la que su estómago estaba más acostumbrado, Bolt se alimentó exclusivamente de nuggets de pollo de McDonald's, llegando a afirmar que comió más de mil en toda la competición. Usain Bolt estableció entonces nuevos récords en las pruebas de 100, 200 y 400 metros. Sus récords siguen imbatidos hasta la fecha.
En esas mismas olimpiadas, la prensa se hizo eco de la dieta de Michael Phelps, el favorito en las pruebas de natación, quien afirmaba comer unas 12,000 kilocalorías al día, lo que supone entre cuatro y cinco veces la ingesta diaria de un adulto medio. Años más tarde, Phelps desmintió la noticia, declarando que no sabía cuánto ingería, pero probablemente oscilaría entre unas 8.000 y 10.000 kilocalorías, que provenían de “cualquier cosa que le apeteciera comer”. Phelps es a día de hoy el deportista más condecorado de la historia de las olimpiadas.
Años más tarde, durante 2014, Rich Froning gana los Crossfit Games por cuarta vez, estableciendo un récord desde el inicio de la competición. En un documental grabado poco después de su hazaña, Froning afirma que su dieta se basa en batidos de proteína, bacon, huevos, y sobre todo, un montón de leche entera.
En 2020, Matt Fraser bate el récord de Rich Froning, ganando los Crossfit Games cinco veces consecutivas. ¿Su secreto? Desde luego, no está en la dieta: aunque come saludable, ni mide lo que come, ni planifica sus comidas.
Para ninguno de estos atletas la dieta ha sido un factor determinante de su éxito. Entonces, ¿por qué se asocia entrenar o cuidar tu cuerpo con pesar la comida y comer claras de huevo?
La clave está en el entrenamiento.
El problema de entrenar culturismo
Al enfocarse en la estética, cualquier persona que empiece a entrenar verá el entrenamiento como un cúmulo de series y repeticiones de ejercicios prescritos por un influencer de Instagram. Los objetivos son difusos, como “ganar brazo” o “sacar culo”. En el caso de los chicos, esto les lleva a realizar rutinas aleatorias de pesas, y en el caso de las chicas, a seguir el método Kayla durante un par de semanas.
El problema de ver el entrenamiento como una forma de quemar calorías o de hinchar los músculos es que no se tiene noción de cuál es la mínima dosis efectiva, qué días entrenar más o menos, y cómo alimentarse guiándote por sensaciones en vez de por una báscula.
Esto viene influenciado por el culturismo y la obsesión de entrenar por y para la estética: realizar ejercicios que no suponen más que una serie de contracciones con el fin de ganar músculo o quemar grasa, y se piensa que más contracciones se traducen en más musculatura o más calorías quemadas. Al no saber cuándo el estímulo es suficiente, la gente necesita pesar la comida, llevarlo al milímetro y demás costumbres que convierten el deporte no en un hábito para toda la vida, sino en una cárcel de restricciones y complejos.
Con simplemente buscar “dieta de culturismo” en Google, puede uno darse cuenta de dónde vienen los mitos que impiden a mucha gente adquirir el hábito de entrenar de forma duradera. ¿Te imaginas dentro de 10 o 20 años comiendo cada tres horas, tomando batidos de proteína y claras de huevo, o pesando la comida? ¿Es eso lo que le enseñarías a tus hijos?
Por suerte, con un simple ajuste, es posible relegar la dieta a un segundo plano: cambiando tu entrenamiento.
La dieta no importa… si entrenas adecuadamente
El motivo por el que Usain Bolt o Matt Fraser no miden lo que comen ni cuentan calorías no es otro que por su entrenamiento. Ellos no entrenan por mejorar su estética, sino por mejorar su rendimiento.
La ganancia muscular no es más que la adaptación de tu cuerpo a una situación de estrés físico. Si necesitas hacer frente a un esfuerzo, como puede ser trepar un árbol, y necesitas hacerlo periódicamente, tu cuerpo se encargará de que la musculatura de tus brazos y tu espalda se vuelva más grande y más densa para hacer ese esfuerzo más fácil de sobrellevar la próxima vez.
Para que esas adaptaciones se produzcan, el cuerpo necesita energía. Si tu entrenamiento está enfocado a mejorar tu rendimiento, la dieta pasa a ser una herramienta para proveer al cuerpo de energía suficiente para que lleve a cabo las adaptaciones necesarias. Y mejorar tu rendimiento, seas Michael Phelps o Rich Froning, significa correr y nadar más rápido, saltar más alto, levantar más peso, lanzar más lejos, pegar más fuerte, cansarte más tarde, y en definitiva, cualquier cualidad física que te haga mejorar no sólo en cualquier deporte, sino en la vida cotidiana.
No te enfoques en la estética y mejorarás tu estética
Incluso dentro del entrenamiento con pesas existen diferencias de enfoque. Un culturista debe medir lo que come, ya que su foco es la estética. Utilizará una barra cargada de pesas para producir las adaptaciones que harán aumentar su musculatura, y los cambios en su dieta favorecen la ganancia muscular o la pérdida de grasa.
Pero en halterofilia, aunque también se utiliza una barra cargada de pesas, el objetivo es levantar el mayor peso posible. El foco estará en la programación de su entrenamiento, ven la dieta como una forma de favorecer su recuperación y su rendimiento. No variará su dieta a no ser que su rendimiento se estanque. Y como puedes ver, los resultados son muy parecidos a los de un culturista, o incluso mejores:
Obviamente, las dietas o entrenamientos tanto de culturistas profesionales, como de atletas o deportistas de élite, no son aplicables a la población general. Sin embargo, cuando alguien decide empezar a entrenar o simplemente empezar a cuidar su alimentación, intentan imitar a un culturista profesional más que imitar a un atleta de élite.
Ahora mismo estarás pensando:
¿Qué es entrenar para mejorar el rendimiento?
¿Puede entrenar como un atleta de élite alguien que no ha hecho deporte en su vida?
¿Cómo entrenar y cambiar tu dieta para no tener que preocuparte nunca por ella?
Son preguntas que responderemos en los próximos artículos. Suscríbete a la newsletter y los recibirás en cuanto se publiquen: