Admítelo, cuando piensas en ir al gimnasio, te viene a la mente algo parecido a esta imagen.

Que, en el caso de las chicas, viene a ser una mujer hiper musculada y masculina, y en el caso de los chicos, un culturista incapaz de rascarse la espalda y que se lesionaría o se ahogaría si lo pones a echar un partido de fútbol. En otras palabras, te parece DEMASIADO.

Y no te falta razón.

Incluso a la RAE le parece demasiado:

Culturismo: Práctica de ejercicios gimnásticos encaminada al excesivo desarrollo de los músculos.

Sin embargo, cuando intentas empezar a hacer algo de ejercicio, por salud o por estética, por tu cuenta o en el gimnasio, empiezas a entrenar como un culturista. Buscas una rutina de 5 días a la semana por internet y comienzas a hacer series y repeticiones de ejercicios divididos por grupo muscular.

Es decir, empiezas a entrenar para llegar a donde no quieres estar.

Te dura tres semanas. Lo dejas. Retomas al año siguiente. Lo vuelves a dejar. Decides que no es para ti. Que tú lo que quieres es un físico equilibrado, natural, atlético.

La pregunta es, si eso es lo que quieres, ¿por qué no entrenas como un ATLETA? ¿Por qué pretendes conseguir un físico atlético entrenando como un culturista?

Quizá porque no sepas la diferencia.

La constancia, dedicación y sacrificio de los culturistas es admirable. Su objetivo es ganar el máximo de masa muscular para lucirla delante de unos jueces, y su entrenamiento está enfocado a ello.

Sin embargo, un ATLETA no se preocupa por su físico. Se preocupa por saltar más alto, correr más rápido, lanzar más lejos, pegar más fuerte, resistir durante más tiempo. Porque la suma de ello es lo que le dará la victoria en la competición.

Fíjate en el físico de Marcos Llorente o Garbiñe Muguruza:

Marcos es futbolista, pero a juzgar por su físico, no sabrías decir si compite en ciclismo, natación o peso ligero de boxeo.

Garbiñe es tenista, pero a juzgar por su físico, no sabrías decir si compite en triatlón, judo o voleibol.

Porque sus físicos son un reflejo de sus capacidades: fuerza, potencia, coordinación, equilibrio, movilidad. Y ellos entrenan para mejorar esas capacidades, no su físico. Mejorar esas capacidades aumentará su musculatura y reducirá su grasa corporal hasta un límite natural y equilibrado. Es decir, atlético.

Vale, vale, ellos son atletas porque se dedican al deporte. Pero no importa.

Tú también puedes entrenar como un atleta. Da igual a qué te dediques.

¿Cómo hacerlo? Suscríbete y descúbrelo.

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Entrenamiento de fuerza para aquellos que no entrenan por estética. Para atletas. Para AntiCulturistas.

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